Al contrario de lo que se piensa, cada una de las estructuras arquitectónicas que existen conllevan un poco de ingeniería y del ingenio de los constructores para resolver problemas y satisfacer las necesidades de quienes les encargan dichos proyectos; por ejemplo, cuando se habla de los grandes castillos se refiere a una estructura bien pensada y diseñada para proteger.
A diferencia de los castillos modernos que buscan imitar las estructuras originales; los castillos, también conocidos como fuerte, fortaleza, baluarte o casa fuerte, incluso palacio o chateau, tuvieron objetivos esenciales para su construcción.
En la época medieval, un castillo era una edificación grande, de piedra, fortificada y cercada de murallas, fosos y otras obras, que tenía como principal objetivo defender de los ataques del enemigo. El castillo debía ser resistente y aguantar grandes ataques, aunque también servía de residencia para el rey y los caballeros o señores de la nobleza.
La mayoría de estos se construían en lugares elevados y de difícil acceso porque les daba una ventaja para divisar desde lejos cualquier posible intruso o ejército y poder preparar su defensa con tiempo, además de avisar a los aldeanos para que se refugiaran.
Sin embargo, el tiempo pasó y lo que era común en la Edad Media, dejó de serlo, aunque la nobleza siguió construyendo castillos para representar su poderío y estatus social. Así fue como los grandes castillos o palacios se volvieron estructuras deseadas por todos, vehículos para desarrollar historias de guerra o princesas. ¿Quién no ha querido visitar un castillo alguna vez en su vida?
Ya sea por estatus o por la idea que rodea a este sitio, los castillos llegaron hasta México, en la mente de un arquitecto con renombre para crear lo que comenzó como una idea de casa familiar, pero que terminó siendo un castillo moderno de 2,000 m².
Francisco Artigas (1916-1999) fue un arquitecto extraño: su obra se caracterizó por el estilo funcionalista más característico de las décadas de 1950 a 1980 y un regionalismo que mezclaba las tradiciones constructivistas de un México rural, pero adaptadas a la modernidad; sin competir con el estilo depurador que le dio fama a Luis Barragán.
En las manos de este renombrado arquitecto fue que se comenzó este proyecto con material de desecho y piezas de cantera de edificios porfirianos del centro histórico que, poco a poco, se fueron transformando en una estructura con toques medievales.
¿Te imaginas entrando a un castillo?
Lo que comenzó como un proyecto personal para el arquitecto Francisco Artigas, fue adquirido posteriormente por la inmobiliaria Abilia, quien lo restauró y amplió para convertirlo en la Casa Club de un gran proyecto de departamentos de lujo.
Junto al despacho Bernardi + Peschard arquitectura e Idea Asociados, se creó un desarrollo siguiendo el estilo arquitectónico contemporáneo que impacta lo menos posible en el medio ambiente.
Vivir en Bosque 6060, departamentos en Desierto de los Leones, es un ejemplo de lo que es estar en contacto con la naturaleza, pues siguiendo los orígenes de los castillos, este se encuentra en un espacio que cuenta con áreas boscosas en 80 % del terreno; siendo protegido por una casa club que tiene un diseño medieval: el castillo moderno.
Aquí encontrarás departamentos de hasta 387 m² en un espacio que combina la arquitectura contemporánea y la naturaleza con amenidades de lujo como
- Casa Club con alberca interior, jacuzzi y más.
- Gimnasio en medio del bosque.
- Biblioteca.
- Cancha de usos múltiples.
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